Desde el banquillo, Camacho no podía hacer más que mostrarse tenso. ¿De verdad que no? A lo que iba. En aquellos años, la empresa tenía en su plantilla a más de 600 trabajadores en la fábrica de Mataró, siendo una de las compañías más importantes del municipio catalán. Yuleydis lo cubrió con su ropa, corrió con él para el lobby del tribunal y regresó a buscar más niños hasta que, entre todos, lograron trasladarlos hacia diferentes puntos: el parque del Cristo, el Parque Central y el Capitolio.