Unos celebran los goles haciendo extrañas contorsiones, otros se ponen una bota de cada color, los hay que se tatúan el cuerpo o se cambian el pelo cada mes. «Es distinto. A la pelota juegan los amigos cuando se juntan para pasar el rato y echar una pachanga. Como los holandeses vestían de blanco, los españoles le prestaron al entonces tricampeón argentino una camiseta alternativa amarilla y azul (y granate).