El abogado acusador admitió haber sentido pena por White antes del juicio y cometer la negligencia de no preguntar al interrogador quién había grabado la confesión del acusado -que de hecho fue un amigo de infancia de White y entrenador de su equipo de sófbol en la policía-, ni sobre su sesgo y el apoyo que White obtuvo del departamento policial porque, según afirmó, no quería avergonzar al detective delante de su familia en el juzgado.