Como los holandeses vestían de blanco, los españoles le prestaron al entonces tricampeón argentino una camiseta alternativa amarilla y azul (y granate). La camiseta posee un tejido ligero que se seca rápido y te mantiene fresco para que puedas dejarlo todo en la cancha. Además, River también jugó con otra camiseta de un tercer equipo español para diferenciarse de su rival: fue en 1975, durante un torneo de verano en Huelva, al sur de la península, cuando debía enfrentarse al Athletic de Bilbao, de tradicional camiseta blanca y roja a rayas verticales.