Después de que la WTA hiciera fuerza para que pudieran jugar con un calzón de color oscuro, el torneo dio a conocer el cambio el pasado mes de noviembre: «Después de consultar con jugadores y representantes de varios grupos de interés, el Comité de Administración tomó la decisión de actualizar la regla de vestimenta blanca en Wimbledon». Algo que a nadie le sorprende ya en pleno 2023, un año marcado por un pequeño cambio que ha supuesto una revolución pero también un gran paso para el tenis femenino.