El pistoletazo de salida a la disputa lo ha dado una mujer belga de confesión musulmana que se ganaba la vida como recepcionista de la empresa de seguridad y servicios de vigilancia G4S Secure Solutions y que fue despedida cuando, después de cuatro años empleada en la compañía, sudadera españa manifestó su intención de llevar el velo en su puesto de trabajo. Amanda Figueras, periodista musulmana tal como han expresado desde el Foro Abraham para el diálogo interreligioso del que forma parte. Laura pertenece a la familia Corsini, conocida como ‘La Tribu’, que comenzó a amasar fortuna a raíz de la creación de la constructora Corsán por parte de su bisabuelo Carlos junto con otros socios. En Zaragoza, Raúl Ariza, representante de IU en la Comisión de Servicios Públicos, alerta del auge de una red fraudulenta de recogida de ropa usada: «Entran dentro de las comunidades de vecinos y piden permiso al presidente para poner una caja en el portal para reciclar ropa con fines solidarios. Obviamente se lo creen y les dan permiso. Hasta ahí todo legal. El problema es que la ropa va a parar a mercadillos y el beneficio es para particulares».
Así ambos aúnan esfuerzos y nos deleitan con dos colecciones inspiradas en el Caribe y en el espíritu del disfrute de las vacaciones. Esther Carrera, «los directivos de las compañías son los primeros que llevan un look más casual y con ello se logra que el ambiente de trabajo pueda ser más distendido y cercano y que la gente pueda expresar su personalidad de una manera más abierta. Esto es especialmente visible en el entorno tecnológico y digital, así como en empresas del sector industrial, healthcare y gran consumo. Continua habiendo sectores más clásicos, como el de Banca, Legal o Consultoría, que siguen con un código de vestimenta tradicional. E incluso por regiones vemos diferencias, Barcelona es la plaza donde se utiliza un dress code más relajado». En estos casos, los artistas los han descontextualizado, uniéndolos a piezas eminentemente informales; nada que ver con los trajes de chaqueta de falta y los abrigos voluminosos de las señoras en sus apartamentos gigantescos tomando una taza de té. Lleva las prendas a un pequeño almacén que tiene junto a otros dos compañeros piratas en las afueras de Madrid. Además, la estampación marcada de las prendas, tanto étnica como floral, nos sumergen en una tendencia que ya viste los escaparates y catálogos de todas las firmas y que nos lleva a imaginar el atardecer abrasador de los meses de verano.
Deja el puro que se está fumando sobre el buzón metálico, lo abre y saca varias bolsas. Ana recibió entonces las disposiciones sobre la política indumentaria de la empresa, en las que se detallaba que no se aceptaba ninguna prenda fuera de las estipuladas en el catálogo de uniformes. Reparten buzones metálicos con mensajes solidarios de recogida de vestimenta por las ciudades haciéndose pasar por ONG para luego venderlas en mercadillos. La red legal de este tipo de recogida tiene 16 puntos fijos en Madrid. Como Costin, muchas personas viven de la recogida de ropa. El punto de inflexión, como bien señala, estuvo en lo que se ha llamado ‘la gran renuncia’ tras la Revolución Francesa, cuando los hombres, precisamente para diferenciarse del exceso de Versalles que tanto odiaban, adoptaron colores neutros y líneas sencillas y sobrias. Las camisas, reversibles en algunos casos, los pantalones y las chaquetas destacan precisamente por su discreción, huyendo de los excesos que en ocasiones inundan la moda y agotan el ojo. En Vigo, es habitual ver en los portales de las viviendas contenedores de cartón en los que se pide ropa y calzado usado.
Es habitual ver oficinas en las que sería impensable ver a un hombre en pantalones cortos y una camisa sin mangas, mientras las mujeres sí llevan habitualmente faldas cortas y tops de tirantes. Mediante estos grandes cubos metálicos se hacen pasar por organizaciones benéficas que utilizan las prendas para ayudar a los más necesitados. Pero Costin se justifica diciendo que él también es un necesitado. Costin es un pirata de segunda mano. Dice en un principio que las prendas se las regalan los vecinos del barrio. La mujer que los vendía le propuso, con inglés justito: «You and me business». Las mangas abullonadas; los colores vivos, volúmenes femeninos que realzan la figura de la mujer, escotes halter, volantes y cuerpos drapeados son algunos de los detalles que inducen a soñar con tener el mismo estilo con el que la colaboradora del Hormiguero siempre nos sorprende. El diseño dos piezas -generalmente compuesto por americana y pantalón- es el ‘outfit’ más visible en las mujeres líderes que son referentes en sus respectivos campos. Frases que incitan al viandante a reciclar como ‘Cooperación al desarrollo’ o ‘Ayúdanos a ayudar’. Como si tuviesen permiso, de nuevo, para divertirse con la moda. También Margarita de Borbón, Ana Boyer e Isabel Preysler (ambas fieles a su moda), modelos, actrices e incluso presentadoras de televisión.
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