Además de los testimonios escritos, del harpastum nos han llegado algunos vestigios arqueológicos, como el mosaico de la Villa del Casale, en Sicilia, donde se ve a unas jóvenes jugando con una pelota (aunque bien podría ser un juego de pelota sin relación explícita con el harpastum), frescos de la época o una tumba hallada en Sinj, Croacia, correspondiente a un niño de 7 años llamado Gaius Laberius, chaqueta barça y en la que se representa un busto del niño con una pelota de harpastum.
